“Argentina es un hermoso país para extrañar, no para vivir”. Eso me dijo un amigo sobre un familiar suyo que abandonó nuestro país hace un tiempo. En la vida no hay nada constante y permanente, pero en Argentina todo es volátil y dinámico, con picos de shock que estresan de tal manera las expectativas presentes y futuras de su sociedad que la cargan de negatividad fundamentada.
¿Es lo que sucede en la economía argentina a esta altura una profecía autocumplida? ¿O ya es una situación fundamentada por la experiencia pasada recurrente en el presente? De acuerdo a un informe de Idesa (Instituto de Desarrollo Social) nuestro país pasó por 14 períodos recesivos y cayó 50% la participación del PBI Argentino en el producto de América Latina.
Los invito a recorrer, como si fuese un Juego de la Oca de la historia económica argentina los casilleros con el siguiente recorrido por edades y generaciones.
Los que tienen 60 años
Protestan porque la jubilación no les alcanza, aportaron toda su vida y sienten que en este 2021 también van a perder frente a la inflación. A lo largo de sus vidas el 38% de su tiempo lo pasaron en recesión. Mientras tenían los primeros años de vida y Argentina se dirimía entre dos “Arturos”, Frondizi e Illia, la transición de gobierno contaba con un plan desarrollista de su economía. Hoy ni vestigios de aquello queda.De acuerdo a un informe de Idesa (Instituto de Desarrollo Social) nuestro país pasó por 14 períodos recesivos y cayó 50% la participación del PBI Argentino en el producto de América Latina.
Los que tienen 50 años
Están en su última etapa del ciclo de vida laboral y tenían algo de ahorro. Compraron bonos del gobierno anterior y les pagaron nuevamente con un canje. Si tienen una familia tipo y en algún momento fueron clase media hoy necesitarían $127.000 para preservar en ese mismo nivel socioeconómico. Sin embargo, el salario promedio bruto en Argentina es de $68.000, unos 453 dólares. El 42% de sus vidas lo pasaron en recesión. En los primeros años regresaba el peronismo, se iniciaba un plan de ajuste fenomenal con el Rodrigazo, quedábamos al borde del default y por primera vez el peronismo realizaba un acuerdo con el FMI. Nacieron en un período que inicio una etapa de 16 años de inflación anual promedio superiores al 100 por ciento.
Los que tienen 40 años
Están en la etapa media de la vida laboral. Piensan que no pueden progresar hasta el momento. El 45% de sus vidas lo pasaron en recesión. Nacieron en última etapa de la dictadura: los militares se autogolpeaban entre ellos y nos llevaron a la Guerra de las Malvinas. La pobreza había pasado del 4% en 1971 al 21% en 1982. Son hijos de la democracia que llegó con la esperanza de cambio. Pero está frustrado por el pasado, el presente y el futuro.
Lo que tienen 30 años
Conservan el sueño de tener una casa propia y realizar un emprendimiento en Argentina para independizarse de su relación laboral de dependencia. Sin embargo, observan que las pymes y comercios cada vez son menos, que los impuestos son impagables, los riesgos son enormes y que su situación de malestar personal, por no poder progresar, es mejor que el riesgo a caer en desgracia como le pasa a mucho de sus pares al emprender. En los primeros años de sus vidas vivieron la convertibilidad, el crecimiento de la economía, no conocieron la inflación y fueron parte de una década de estabilidad, los ’90, que terminó mal. Les duro poco el sueño de vivir en un país con crecimiento sostenido y bienestar futuro ya que el 43 % de sus vidas lo pasaron en recesión.
Los que tienen 20 años
Nacieron en el peor de los mundos. La crisis de la post convertibilidad, el “corralito”, caída del PBI histórica del 11% en 2002, pobreza extrema y comienzo de un período de gobierno de 12 años de continuidad del mismo partido y apellido presidencial. Cumplieron 20 años y volvieron a vivir la misma pesadilla en 2020 con caída del PBI del 10%, pobreza del 42% e indigencia del 10 por ciento. La tasa de desocupación en su generación para los jóvenes es del 26% en mujeres y 19% en varones. El 50% de sus vidas lo pasaron en recesión. Muchos se quieren ir del país, no tienen nada que perder. Los políticos les prometen una Argentina mejor, pero la generación de 40 años más les cuenta que no solo no le pudieron dar lo que los políticos les prometieron sino que siempre los dejaron en un lugar peor.
Los que tienen 10 años
La situación es más complicada aún. Nacieron en la Argentina del embargo del futuro. En sus 10 años de vida el empleo no crece, la cantidad de empresas de hoy es menor que cuando nacieron. Desde que salieron del útero hasta ahora la inversión real tampoco creció. Los resultados son decadentes: 6 de cada 10 argentinos de entre 0 y 14 años son pobres. Uno de cada 6 chicos en esa misma franja de edad es indigente. El 60% de su primera década de vida lo han transitado en recesión.
No importa la edad que se tenga: vivir en 2021
Vivimos con una inflación del 42% que se proyecta al 50% al cerrar el año. Se incrementó nuevamente la cantidad de impuestos y peso de los mismos sobre los ingresos. En una situación de cuasi default nuevamente. Con un PBI que rebota pero no crece en términos reales luego de la caída brutal en 2020. Padecemos un ajuste muy fuerte sobre el sector privado, tanto empresas como hogares, y ningún ajuste ni reformas estructurales en el sector público muestran tendencias de cambio positivo en el mediano plazo.
El PBI de Argentina cuando termine el 2021 será 9% inferior al cuarto trimestre de 2017, que fue el único año donde creció la economía con la gestión Macri. Según el Ieral los fantasmas del 2001 aparecen nuevamente cuando la crisis tuvo una duración de 26 trimestres (seis años y medio), ya que fue en el primer trimestre de 2005 cuando el PIB medido en forma desestacionalizada logró volver al nivel previo, registrado en el segundo trimestre de 1998. Para que la actual crisis resulte menos prolongada que aquella, se necesita que después del rebote de 2021, la economía crezca a un ritmo de 3,4% anual entre 2022 y 2024. Es decir que recién en el 2024 recuperaríamos los niveles del PBI de 2017. Avanzar 3 años más para retroceder 7 años en el tiempo.
Muchos podrían considerar que el pesimismo de los argentinos sobre la economía es parte de una “profecía autocumplida”. Sin embargo, no hay perspectivas de una mejor situación futura. No es necesario ser un profeta para fundamentar nuestra degradación social y económica. Basta tener 60 años y haber transitado con fuerza, trabajo y dedicación la vida en este país o tener 10 años y ver en el horizonte más neblina que sol para desear marchar con optimismo sobre el futuro personal.